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Los profesores que le darán clases a las FARC

Semana Educación habló con algunos de los tutores que van a permanecer durante cuatro meses con los excombatientes que se encuentran ahora en la zona vereda es de normalización. Estas son sus motivaciones.

 

Los 118 profesores de distintas regiones del país ya están llegando a las 26 zonas veredales dispuestos a formar a 4.800 excombatientes que se han acogido al proceso de normalización hacia la vida civil. Este martes, los docentes dictarán su primera clase a los reincorporados que, a pesar de sus conocimientos empíricos, algunos se han desempeñado como médicos, panaderos, odontólogos y músicos. Al mismo tiempo, algunos no han tenido procesos de escolarización formal y otros no han tenido la oportunidad de terminar su bachillerato.

Normalistas y licenciados que se acogieron a este programa de enseñanza fueron seleccionados por convocatoria interna entre algunas universidades y las secretarías de Educación de cada región para integrarlos al proyecto ‘Arando la Educación’, organizado por la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Unad), las Farc, el Consejo Noruego para Refugiados y el Ministerio de Educación, con el objetivo de alfabetizar y formar en primaria y secundaria a miembros de las Farc, y a la comunidad aledaña, durante cuatro meses.

El equipo pedagógico cuenta con experiencia en trabajo rural, en procesos de educación popular y en alfabetización de adultos mayores. Según Viviana Vargas, coordinadora general del proyecto, “el 60 % de los docentes viven muy cerca de las zonas veredales y el otro 40 % son de las ciudades”.

Estos son algunos de los docentes que hablaron con Semana Educación antes de salir hacia las zonas veredales:

Edwin Alejandro Cortés tiene 32 años y es licenciado en Biología de la Universidad Distrital y actualmente vive en Bogotá. Va como tutor para la zona veredal El Carmen en el departamento de Caquetá, lugar donde nació y creció. “Estudié en la escuela rural ‘Las Marimbas’. Algunos de mis compañeros de la escuela ingresaron a las filas de las Farc cuando tenían 12 años.  Ahora, ser uno de los profesores que van a alfabetizar a los excombatientes que pueden ser mis excompañeros es muy emocionante para mí, primero porque vamos a darles la oportunidad que una vez no tuvieron de educación y segundo, porque quiero aportar de alguna manera a las personas que un día me enseñaron y me ayudaron a ser lo que soy”, dijo Edwin a Semana Educación.

“Con esta experiencia, finalmente encontré un sentido a mi carrera docente”, asegura Paola Hincapie, licenciada en Español y Lenguas Extranjeras de la Universidad Pedagógica Nacional, y ahora asesora del componente pedagógico del programa Arando la Educación.  Actualmente cursa una maestría en Estudios Sociales, también de la Pedagógica. Tiene experiencia en comunidades indígenas, afrodescendientes y con población rural. Cree que tiene la oportunidad perfecta para construir una nueva educación rural entre profesores. “Vamos a aprovechar la experiencia que tiene la Unad en formar excombatientes para transformar la educación rural”.

Johana Urrego Bejarano es licenciada en Educación Física de la Universidad Nacional. Actualmente cursa una especialización en Desarrollo Humano con énfasis en Procesos Afectivos y Creatividad de la Universidad Distrital. Ha trabajado con población vulnerable, en especial con niños y adultos mayores. Por su experiencia, será una de las tutoras de ciclo 1 y 2 de primaria en la zona veredal Colina, en el Guaviare. Desde la improvisación y el teatro, Johana quiere desarrollar habilidades sociales con los excombatientes , “porque la educación no solo es aprender a leer y a escribir, sino también mejorar sus competencias desde el arte”, explica.

Lina Garzón Beltrán, licenciada en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital y abogada de la Universidad Nacional, es de familia campesina y toda su vida ha vivido en Ciudad Bolívar, en un barrio de invasión donde he tenido que ser testigo de la llegada de desplazados por el conflicto armado. Es de las que cree que desde la educación se puede cambiar la vida de una persona. El ejemplo más cercano es que le dio su familia, “porque a pesar de vivir en unas condiciones marginalidad tan grandes, estoy donde estoy, gracias a la educación y al empuje y valor de mi familia”. Ahora, en el proyecto ‘Arando la Educación’, Lina ha tenido que entrevistar a los maestros que van a dar clases en las zonas veredales y a la población que va a recibir esas clases. Además, por su experiencia en la formación de integrantes de las Farc indultados, ayudó a crear el material pedagógico que usarán los docentes en las zonas veredales.

“En el momento en el que conocí este proyecto me enamoré, creí en él y le estoy apostando todo por sacarlo adelante”, asegura Juan Gerardo Calderón, licenciado en Humanidades y lengua castellana e inglés de la Universidad Inca. Actualmente cursa una maestría en Investigación social interdisciplinaria de la Universidad Distrital, y esto no le ha impedido ir a algunas zonas veredales las veces que sean necesarias para encuestar a excombatientes y a sus familias sobre su nivel escolar y sus condiciones sociales. “Tener la posibilidad de estar en un momento de cambio,  visitar las zonas veredales y ver niños corriendo, es muy valioso para mi. Esta semana estuve en la zona veredal de Marquetalia, y frente a ellos había un cabildo indígena. Ver que todos podemos vivir juntos, eso me mueve muchos sentimientos”.