Revisión de educar, no lucrar

| Colombia

El negocio privado de administrar colegios públicos

En Colombia operan 3 modelos de centro educativo. Uno es el centro público, que son financiados y gestionados en su totalidad por el Estado. Las y los docentes de los centros públicos pasan una prueba de probidad para ocupar su cargo. Otro modelo es el privado, que se sostiene mediante el cobro a cada estudiante. El tercero es el modelo de  centros educativos en concesión. Estos centros en concesión son fundados por individuos de procedencia privada y reciben subvenciones del Gobierno. Cada plantel selecciona a sus docentes según sus propios criterios. El principal argumento del gobierno para sostener este modelo es que el mismo permite una disminución de cargas administrativas para el sector público, por lo que se disminuye el costo de operación.

La figura de las concesiones está regida por la ley 80 del año 1993. La ley faculta a las entidades estatales a generar contratos para que terceros (privados o públicos) procedan con la prestación de servicios públicos, incluyendo aquellos que constituyen un monopolio estatal, la explotación y concesión de bienes del Estado, así como obra de infraestructura.

En el caso de la educación pública, la figura de la concesión se ha extendido a la organización o gestión, total o parcial, de la prestación educativa.  Esto es un proceso institucionalizado dentro del MEN que ha promovido la participación de ONG´s y grupos privados en la administración de centros públicos.

Uno de los principales negocios yace en que el gobierno construye todo el plantel educativo y lo entrega, mediante licitación libre de costo, al grupo privado que lo gesitonará. Pueden participar en la licitación,  auqellas “instituciones escolares privadas que hayan tenido durante los últimos cinco años resultados de nivel superior o muy superior en el examen del ICFES22” (BID, 2002, p. 15). El mecanismo de la conceción transfiere la gestión educativa del sector público al sector privado, así como el diseño de los planes de estudio y la contratación y el menejo de personal.

De hecho, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2002) ha expresado un voto de confianza al sistema de concesión, principalmente porque este esquema le entrega a cada centro, el control sobre los recursos humanos ni sobre las decisiones de asignación presupuestal, cosa que no sucede en los centros educativos públicos. 

Este formato implica que la inversión pública para aumentar la infraestructura,  cobertura y acceso, no necesiariamente fortalece la educación pública, sino que amplía las posibilidades para los negocios de grupos privados que ya lucran con la educación.

Los términos de contratación de la concesión, no exigen al concesionario que cumpla la jornada única ni mucho menos condiciones laborales estables y dignas para las y los docentes, por lo que este modelo puede generar distintas brechas que afecten a estudiantes y a la profesión docente (Bonilla, 2012).

El contrato de concesión se firma a quince años, como forma de hacer atractivo el proyecto a los concesionarios y de evitar el cambio constante de un proyecto pedagógico a otro. Los centros se construyen con capacidad entre 800 y 1200 alumnos. El costo total promedio de cada colegio es de US$ 2.5 millones, incluyendo el terreno, la construcción y el equipamiento (BID, 2002).

En Bogotá existen 22 colegios en consesión, que hospedan aproximadamente a 34 000 estudiantes. El gobierno de Bogotá aprobó la construcción de 30 nuevas instituciones educativas, de las cuales 15 serán entregadas en concesión.  Cuando se lanzó el programa en 1999 con 16 centros educativos en concesión, se esperaba que el tope del modelo, al menos en Bogotá, sería lograr la operación de 51 centros que albergaran 45000 estudiantes, representando el 5% de la matrícula.

En julio de 2018,  el Concejo de Bogotá aprobó un Proyecto de Acuerdo por medio del cual se otorgan “Vigencias Futuras” para que la administración construya 13 colegios más en modalidad de concesión.  Con ello, Bogotá pasaría de 22 a 35 colegios en concesión y de 34 000 a aproximadamente 54000 estudiantes inscritos en centros de esta modalidad. Así, los colegios concesionados representarán el 5.5% de la matrícula en la ciudad de Bogotá.

Esto indica que el modelo está alcanzando el nivel de operación que se había previsto casi 20 años atrás. Por ello surge la pregunta de si a las autoridades educativas les interesa ampliar el modelo o si por el contrario, se diseñarán nuevos mecanismos para des responsabilizarse de la gestión del derecho a la educación.

Los colegios en concesión reciben un pago por cada estudiante. El programa de colegios por concesión inició en el año 1999. En aquel momento, cada institución recibía un aproximado de US$ 300 (TRESCIENTOS DÓLARES) por estudiante por año, equivalente a 950 000 pesos colombianos. En el año 2014, el monto anual pagado por estudiante fue de US$ 650 (seiscientos cincuenta dólares), equivalente a 2 050 718 pesos colombianos.

El costo del trabajo administrativo y docente y directivo también es menor en los colegios en concesión. Mientras que en las instituciones públicas que imparten 40 horas por semana un docente requiere una inversión de US$650, equivalente a 2 027 264 pesos colombianos. En los colegios en concesión este costo baja a US$ 356, lo que equivale a  1 121 742 pesos colombianos.

En el año 2017, solamente en Bogotá 34 000 estudiantes asisten a 22 instituciones educativas consecionadas. 14 de estas  instituciones son administradas por grupos confesionales. Los colegios operan en barrios más vulnerables, conocidos en Colombia como “barrios de estrato 1 y 2” (MEN, s.f.).

¿Quiénes administran colegios concesionados?

Cualquier grupo privado que opere colegios bien calificados por el ICFES pueden presentarse como oferentes en las licitaciones para la administración de colegios públicos en concesión.

Para el periodo 2018-2026 la Secretaría de Educación de Bogotá entregará un total de US$ 256 624 857 (DOSCIENTOS CINCUENTA Y SEIS MILLONES SEISCIENTOS VEINTICUATRO MIL OCHOCIENTOS CINCUENTA Y SIETE DÓLARES), equivalentes a $817.550 millones de pesos colombianos, a 9 grupos privados que administrarán 22 colegios.

Un signo llamativo es que duarnte el anteior periodo concesionario, hubo 8 colegios  administrados por grupos religiosos. Para el periodo 20218-2026, este número casi se duplicó y habrá 14 colegios en manos de empresas de la fe.

Concesionarios de colegios públicos hasta el año 2026

Grupo administrador

Colegio

aulas

Presupuesto en billones de pesos colombianos

Pago APROX

en US$ por los próximos 10 años

Consorcio Salecianos

Bilbao

30

34,5

108 554

Chuniza

28

33,5

105407

San José

31

35,7

112330

Estrellita

31

36,9

116105

Alianza Educativa

Jaime Garzón

31

38,1

119881

La Libertad-Santiado Atalayas

28

36,6

113588

Miravalle

31

36,7

115476

La Giralda

30

38,8

122084

Comunidad Hermanos Maristas

Los Naranjos

24

34,4

108239

La Esperanza

24

35,5

111700

Unión temporal Compañía de Jesús-Fé y Alegría

José María Velaz

31

40

125860

Torquigua

25

41,6

130894

Las Mercedes

27

43,3

136243

San Ignacio

30

40,5

127433

Los Naranjos

24

34,4

108239

San Vicente

30

42,7

134355

CAFAM

Bellavista

27

37,6

118308

Santa Lucía

25

36

113274

Gimnasio Moderno

Gimnasio Sabio Caldas

24

28,3

890459

Congregación hermanos Escuelas Cristianas

Juan Luis Londoño

35

39,5

1242867

Unión Temporal Calasanz

Buenavista

37

32,7

1028905

Corporación Educativa Minuto de Dios CEMID

Nueva Roma

25

39,5

1242867

Fuente: elaboración propia con datos de Secretaría de Educación de Bogotá y Diario El Tiempo

 

Empresas que se retiran del negocio: Cajas de Compensación CAFAM y COLSUBSIDIO

La Caja de Compensación Familiar -  CAFAM posee múltiples tipos de negocios, desde farmacias hasta una red de restaurantes. Entre estos negocios, CAFAM ha manejado 4 instituciones educativas, dos de ellas Las Esperanza y los Naranjos, bajo el formato de centros educativos en concesión.  Para el Periodo 2018-2026, CAFAM perdió la concesión de estas dos instituciones, que pasaron a manos de la Comunidad de Hermanos Maristas.

CAFAM es accionista del Banco Bancompartir, al igual que COLSUBSIDIO y Compartir, ambas con participación en distintos negocios educativos.

CAFAM, al igual que otras cajas de compensación, reciben un porcentaje de las nóminas de los trabajadores de las empresas. Por ley, todas las empresas colombianas deben depositar un 4% del valor de su nómina a una caja de compensación. En CAFAM se reciben los montos devengados de la nómina de 834.516 trabajadores (Fuente: CAFAM). CAFAM administra dos colegios en los que recibe hasta 6 100 estudiantes (SEIS MIL CIEN).  El Colegio Bellavista, está ubicado en la localidad de Kennedy y Colegio Santa Lucía, en la localidad de Rafael Uribe Uribe. En ambos planteles se ofrece en Preescolar (grado Transición), Básica y Media.

CAFAM  también administra fondos de  la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para administrar 13 Centros de Infancia y Familia (CIF) en cuatro municipios. Los centros son infraestructuras construidas con los fondos del MEN y reciben a niños y madres tres veces por semana.

COLSUBSIDIO

Otra Caja de Compensación que ha administrado colegios en concesión es la Caja Colombiana de Subsidio familiar -Colsubsidio.

Estos eran Colegios Torquigua, las Mercedes y San Vicente. No obstante,  para el periodo 2018-2026, COLSUBSIDIO no se presentó como oferente, por lo que los colegios que administraba pasaron a manos de  la Unión temporal Compañía de Jesús-Fe y Alegría.

COLSUBSIDIO es dueño del Liceo Hacienda Casablanca, el Gimnasio Campestre San Rafael, el Gimnasio moderno Santa Bárbara, el Colegio mayor de los Andes, el Colegio Colombo Gales, el Colegio Nueva York, el Instituto cooperativo agroindustrial, el Colegio El minuto de dios, el Colegio El Minuto de dios siglo XXI, El Colegio Ateneo Juan Eudes y el Gimnasio real americano.

Estos colegios del grupo Colsubsidio ofrecen descuento en el pago de la mensualidad a los afiliados a la Caja de Compensación, desde  un 10% de descuento hasta un 50%. También ofrecen gratuidad en las matrículas.