Análisis

| Argentina

Nuestro trabajo mueve el mundo

El protagonismo de los feminismos en el mundo expresa las desigualdades de género y también de clase, y podemos verlos al interior de los debates de las mujeres trabajadoras. Una larga historia une las reivindicaciones de las obreras por sus derechos con las mujeres feministas.

Historias de luchas, donde la pelea contra la opresión capitalista está ligada al mismo tiempo con la doble explotación de las mujeres y la forma en que el patriarcado se impone sobre nosotras y nuestros cuerpos.

Las diversas movilizaciones feministas articulando las luchas de las compañeras de los sindicatos, organizaciones de mujeres, organizaciones sociales y de derechos humanos, generó un debate que se extendió en todo el país multiplicándose con la lucha por #NiUnaMenos y en la gran marea feminista por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

A lo largo y ancho del país se desplegaron multisectoriales de mujeres que dinamizaron estas discusiones en el mundo sindical. El feminismo popular crece dentro de los sindicatos produciendo modificaciones importantes, incorporando a una militancia joven y dinámica y actualizando los debates sobre la perspectiva de género, la participación de las mujeres en la vida social, sindical, cultural, estudiantil y política.

Mujeres de todos los sectores masificaron los reclamos contra el patriarcado, la feminización de la pobreza, la desigualdad salarial y las múltiples violencias que sufrimos. En las calles nos encontramos y nos abrazamos mujeres del movimiento obrero, feministas, compañeras de los movimientos sociales, universitarias, profesionales.

Estas nuevas demandas se expresan también en los debates que las mujeres trabajadoras llevamos a las mesas paritarias, a las legislaturas y al interior de nuestros sindicatos. En particular podemos mencionar la lucha de los sindicatos docentes nucleados en CTERA por las licencias por violencia de género, las políticas de cuidado compartido, el debate por una ley integral de Cuidados y la defensa en todo el país de la Ley de Educación Sexual Integral, y su cumplimiento efectivo.

En esta nueva etapa tenemos que seguir luchando contra la violencia patriarcal y generando más toma de consciencia y articulación para que esta marea verde y violeta que recorre el mundo y especialmente América Latina se transforme y revitalice. Las y los docentes impulsamos una ley integral de políticas de cuidado, que incluya jardines infantiles para las mujeres trabajadoras, atención para las y los adultos mayores y migrantes y la defensa de tareas compartidas.

Decimos BASTA DE JUSTICIA PATRIARCAL que nos condena a ser doblemente víctimas. En esta etapa y de cara al 8 de marzo las mujeres trabajadoras nucleadas en CTERA y CTA sostenemos: “Nuestro trabajo mueve al mundo, organizadas , lo transformamos”. 

 

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